Las siglas EPC proceden de las palabras en inglés ingeniería – Engineering, compras o presupuesto – Procurement y construcción – Construction. Un contrato EPC, también conocido como “llave en mano”, es aquel en el que la empresa adapta sus servicios a conveniencia del cliente, buscando la fórmula de colaboración más idónea en cada caso. Es decir, el cliente contrata los servicios de diseño, arquitectura e ingeniería, construcción, instalaciones y puesta en marcha de un determinado proyecto.

Este tipo de contratos se pueden realizar en el sector industrial, el sector energía y en Telecomunicaciones. A continuación, se van a describir las ventajas que conlleva la utilización de un EPC.

Ventajas de los contratos EPC

En este modelo de contratación, se fijan tanto el precio, como las condiciones (plazos de ejecución, calidad del trabajo…), antes del inicio del proyecto en cuestión. Esta característica de los EPC, hacen que el riesgo del desarrollo del proyecto recaiga en la empresa contratada. El cliente queda protegido ante los cambios que puedan darse en los precios de los materiales, mano de obra, plazos de ejecución… Asimismo, el precio pre – establecido antes del comienzo del proyecto, supone un gran beneficio para el cliente al evitar la desviación económica.

Por otro lado, la organización de los tiempos, los recursos necesarios para su correcto desarrollo y los esfuerzos a la hora de realizar la obra, requieren de menor tiempo al estar coordinados por los diferentes técnicos que intervienen en el progreso del proyecto. Son estos técnicos y especialistas los que se encargan de solucionar cualquier imprevisto y afrontar los problemas que puedan presentarse.

Otra de sus principales ventajas es el precio de este tipo de contratos, en el que el cliente no observará ninguna variación una vez haya comenzado la obra, no habrá gastos imprevistos. Además, el coste que conlleva el desarrollo del proyecto es más bajo si se utiliza un EPC, al coordinar todo el desarrollo un mismo equipo de trabajo. En el caso de la contratación tradicional, los diferentes pasos que componen el proyecto, se encargan a diferentes técnicos por separado, suponiendo una elevación en el precio si lo comparamos con un contrato “llave en mano”.

Como decíamos anteriormente, otra de las ventajas de un EPC, es el cumplimiento de los plazos de entrega definidos previamente. Si no se cumplen estos plazos, es la empresa la encargada de realizar las correspondientes compensaciones al cliente.

Otro punto a favor de los contratos EPC es que el cliente tiene disponibilidad inmediata de los servicios post-puesta en marcha y las labores de comunicación se simplifican al tener un único punto de contacto.

Por último, al estar todas las fases del proyecto en manos de especialistas, el cliente se desentiende de los aspectos técnicos y de los esfuerzos en la obra. Gracias a los profesionales responsables de la obtención de herramientas, materiales y personal, se asegura un correcto desarrollo del mismo.

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